sábado, 23 de mayo de 2009

De HELIOS SERRA SILVERA a UBAGESNER CHÁVES SOSA‏

¡¡¡HOY LA TIERRA HABLO !!!... Y ESCRIBE LA VERDADERA HISTORIA.


Compañero, gracias:
me dejaste la puerta entreabierta como todo nuestro pueblo oriental que me trajo de vuelta.
Vine a tu lado para gritar juntos que NO PUDIERON, que quisieron que nunca más nadie supiera de nosotros, como de tantos y tantos mártires que deparó el siglo que pasó,... y NO PUDIERON.
Toda la infinita angustia de los familiares de detenidos desaparecidos se ahondaba en la historia de negación, de crueldad y de cinismo. A muchos de nuestros mayores se les terminó la vida en esta lucha, en la pelea por la Verdad, y el imprescindible Juicio y Castigo a los culpables.
A tí, escondiéndote en una chacra de Pando, mintiendo de una supuesta fuga; a mí, sometiéndome a la solución perfecta de los genocidas: en el mismo momento que arrojaban al mar a los compañeros se los ocultaba por siempre y para siempre.
Rescatados de la mentira, estudiados por la ciencia, nuestros huesos y nuestras lesiones, son los gritos de una maravillosa generación de orientales, que nunca se resignó, que mamó desde muy chica ese patrimonio de REBELDIA, que nos viene desde el fondo de los tiempos, de nuestro padre Artigas y que vieron un día trás otro el desmoronamiento institucional desde fines de los 60 y actuaron en consecuencia.
Tal vez no no hayamos conocido, o tal vez sí, nuestros testimonios en vida ahora dan paso a otros después de ella, el de gritar que LA HISTORIA YA HABLO, que ya no podrán genocidas ni sicarios silenciarla, los cuerpos de los compañeros vienen a decirnos que todo está testimoniado, corroborado científicamente en el marco de resoluciones judiciales.
El disimulo, la negación o la indiferencia transitan ya una cercanía con el silencio cómplice. Nuestro pueblo se echó a andar para borrar esa mácula de impunidad arrancada en momentos difíciles. Nuestro país, orgulloso desde siempre de sus tradiciones de asilo político, de su legislación de avanzada, de la separación de la Iglesia del Estado, de su enseñanza vareliana laica y de tantas otras cosas, no merece ser observado en el mundo por esta ley impúdica.

A tí, a tu familia y a todos los que dieron todo sin pedir nada a cambio,
tratar de recordar aquella vieja canción de nuestros olimareños que terminaba
diciendo y explicando 'que el que murió peleando... VIVE EN CADA COMPAÑERO'.
La Historia ya generó nuestro abrazo. SUPIMOS CUMPLIR.

domingo, 2 de marzo de 2008